El sábado pasado estaba brindando un show de jazz junto con Euge, con quién formamos un dúo, donde ella canta y yo toco la guitarra.
En un momento del show, todo fluia, yo estaba bien concentrado y enfocado al 100% en lo que estaba tocando, pero algo sucedió que modificó todo, Euge de repente ‘cambió’ la letra de un tema, y lo que sucedió fue increíble, por un segundo, mi atención se alteró, esta pasó de lo que estaba haciendo, a lo que ella dijo, y literalmente, me quedé en ‘blanco’. Gracias a Dios, me volví a ‘conectar’ al instante y todo fluyo muy bien.
Esta simple anécdota me dejó pensando y me hizo preguntar: '¿No es esto un claro ejemplo de lo que nos sucede a todos?’
Tu estado natural es estar conectado con lo que eres, con tu ser, donde todo está bien, donde todo fluye, donde no hay preocupaciones, donde todo es armónico y perfecto. Pero desde muy temprana edad estas lleno de estímulos que te hacen prestar atención a otras cosas y lo que sucede es que pierdes el foco y ya no sabes quién realmente eres.
Lo más grave, es que generalmente, estos estímulos son negativos, entonces no solo te desconectas contigo mismo, sino que lo haces para enfocarte en algo erróneo, en algo que no es bueno ni sano. Entonces, lo que haces es reaccionar, jugar un rol que no eres, hacer lo que se supone que debes hacer, te la pasas corriendo atrás de no sabes bien que.
Alguna vez te preguntaste ¿Por qué estoy haciendo lo que hago? o mejor dicho ¿Para qué lo estoy haciendo?’ o mejor aún ¿Por quién hago lo que hago?’
Son tantos los estímulos y hace tanto tiempo que los recibes, que estas demasiado entrenado en estar desconectado, en estar enfocado en cosas erróneas.
Alguna vez te preguntaste ‘Por qué estoy haciendo lo que hago?’ o mejor dicho ‘Para qué lo estoy haciendo?’ o mejor aún ‘Por quién hago lo que hago?’
Es por ello que ‘reencontrarte’ no es un camino para nada sencillo, todo te va a llevar a que te descarriles, pero lo bueno es que depende de ti, y además, es el único camino posible si realmente quieres ser una persona próspera y feliz.
Por este motivo, te animo a que te regales una pausa y desde hoy decidas reconectarte, reenfocarte en lo importante y empezar a caminar el sendero de la prosperidad.
Autor: Esteban Coluccio
